fuente: ABC
El político y cantautor José Antonio Labordeta, que hasta el año pasado ocupó un escaño en el Congreso de los Diputados por Chunta Aragonesista (CHA), ha recibido este año la mayor de las 56 subvenciones concedidas por el Gobierno aragonés a proyectos musicales. Las ayudas han sido concedidas por la Consejería de Cultura, que dirige la socialista María Victoria Broto.
La resolución en la que constan las ayudas concedidas ha sido publicada en los últimos días en el Boletín Oficial de Aragón (BOA). Se han repartido un total de 275.000 euros entre 56 iniciativas, veintiuna de solistas -en la que se encuadra la recibida por Labordeta-, veinte de grupos y catorce de empresas musicales.
Al cantautor de 74 años le han asignado 12.000 euros para ayudarle en la grabación y edición de un CD, cifra superior a la media de las veintiuna ayudas concedidas a solistas por parte del Ejecutivo regional, cuyos importes van desde los 1.300 euros de la más baja a los 12.000 aprobados para Labordeta. La gran mayoría están entre los 4.000 y los 6.000 euros.
Sinfónica de Bratislava
En el apartado de solistas, el segundo proyecto que ha obtenido más apoyo ha sido la grabación y edición de un CD de varias suites con la Orquesta Sinfónica de Bratislava, promovido por el joven compositor zaragozano José Luis Romeo Gil y que ha obtenido 2.000 euros menos que Labordeta. Romeo puso música al espectáculo «Iceberg. Sinfonía poético-visual», que tuvo lugar cada noche de los tres meses que duró la Expo de 2008 y que se convirtió en uno de sus más reconocidos atractivos audiovisuales.
Al cantautor de 74 años le han asignado 12.000 euros para ayudarle en la grabación y edición de un CD, cifra superior a la media de las veintiuna ayudas concedidas a solistas por parte del Ejecutivo regional
José Antonio Labordeta, que en los últimos meses también está cosechando éxito de ventas con su libro «Un beduino en el Congreso» (basado en sus ocho años de diputado en Madrid), inició su carrera musical hace más de treinta años. En 1974 lanzó su primer álbum, «Cantar y callar». Luego llegarían «Tiempo de espera», «Las cuatro estaciones» y «30 canciones en la mochila». «Canto a la libertad», «Aragón» y «Banderas rotas» son sus canciones más conocidas.
Cara visible de los nacionalistas de CHA, Labordeta obtuvo escaño en el Congreso en el año 2000. Lo ocupó durante ocho años, al revalidarlo en las elecciones de 2004.
Dedicado profesionalmente a la docencia durante años, también ha publicado veinticuatro libros y en los años 90 presentó la serie de 29 capítulos «Un país en la mochila», de Televisión Española.
Criterios de valoración
En la convocatoria de subvenciones de la que se ha beneficiado Labordeta se indicaba que estaban concedidas para apoyar a intérpretes «que quieran abrirse camino con un producto musical que tenga dificultades de promoción por no pertenecer a las corrientes que impone la moda». Se indicaba que se debía tener en cuenta que se tratara de productos musicales con «vocación y posibilidades de proyectarse hacia el exterior» y establecía que, a la hora de aprobar la subvención, se valoraría «el interés social y cultural del proyecto», su «calidad, originalidad y rigor, así como su carácter innovador», «la experiencia y trayectoria profesional», «los antecedentes que sustenten el proyecto y factores que avalen su perdurabilidad en el tiempo», y la «proyección de futuro».
El político y cantautor José Antonio Labordeta, que hasta el año pasado ocupó un escaño en el Congreso de los Diputados por Chunta Aragonesista (CHA), ha recibido este año la mayor de las 56 subvenciones concedidas por el Gobierno aragonés a proyectos musicales. Las ayudas han sido concedidas por la Consejería de Cultura, que dirige la socialista María Victoria Broto.
La resolución en la que constan las ayudas concedidas ha sido publicada en los últimos días en el Boletín Oficial de Aragón (BOA). Se han repartido un total de 275.000 euros entre 56 iniciativas, veintiuna de solistas -en la que se encuadra la recibida por Labordeta-, veinte de grupos y catorce de empresas musicales.
Al cantautor de 74 años le han asignado 12.000 euros para ayudarle en la grabación y edición de un CD, cifra superior a la media de las veintiuna ayudas concedidas a solistas por parte del Ejecutivo regional, cuyos importes van desde los 1.300 euros de la más baja a los 12.000 aprobados para Labordeta. La gran mayoría están entre los 4.000 y los 6.000 euros.
Sinfónica de Bratislava
En el apartado de solistas, el segundo proyecto que ha obtenido más apoyo ha sido la grabación y edición de un CD de varias suites con la Orquesta Sinfónica de Bratislava, promovido por el joven compositor zaragozano José Luis Romeo Gil y que ha obtenido 2.000 euros menos que Labordeta. Romeo puso música al espectáculo «Iceberg. Sinfonía poético-visual», que tuvo lugar cada noche de los tres meses que duró la Expo de 2008 y que se convirtió en uno de sus más reconocidos atractivos audiovisuales.
Al cantautor de 74 años le han asignado 12.000 euros para ayudarle en la grabación y edición de un CD, cifra superior a la media de las veintiuna ayudas concedidas a solistas por parte del Ejecutivo regional
José Antonio Labordeta, que en los últimos meses también está cosechando éxito de ventas con su libro «Un beduino en el Congreso» (basado en sus ocho años de diputado en Madrid), inició su carrera musical hace más de treinta años. En 1974 lanzó su primer álbum, «Cantar y callar». Luego llegarían «Tiempo de espera», «Las cuatro estaciones» y «30 canciones en la mochila». «Canto a la libertad», «Aragón» y «Banderas rotas» son sus canciones más conocidas.
Cara visible de los nacionalistas de CHA, Labordeta obtuvo escaño en el Congreso en el año 2000. Lo ocupó durante ocho años, al revalidarlo en las elecciones de 2004.
Dedicado profesionalmente a la docencia durante años, también ha publicado veinticuatro libros y en los años 90 presentó la serie de 29 capítulos «Un país en la mochila», de Televisión Española.
Criterios de valoración
En la convocatoria de subvenciones de la que se ha beneficiado Labordeta se indicaba que estaban concedidas para apoyar a intérpretes «que quieran abrirse camino con un producto musical que tenga dificultades de promoción por no pertenecer a las corrientes que impone la moda». Se indicaba que se debía tener en cuenta que se tratara de productos musicales con «vocación y posibilidades de proyectarse hacia el exterior» y establecía que, a la hora de aprobar la subvención, se valoraría «el interés social y cultural del proyecto», su «calidad, originalidad y rigor, así como su carácter innovador», «la experiencia y trayectoria profesional», «los antecedentes que sustenten el proyecto y factores que avalen su perdurabilidad en el tiempo», y la «proyección de futuro».
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