HERALDO DE ARAGON
Isabel Ara
Estaba llamado a ser un gran proyecto turístico en un edificio emblemático de la ciudad de Jaca, pero la crisis mantiene paralizado desde hace casi un año el plan para convertir el antiguo seminario en un hotel de lujo. De momento, la crisis obliga a posponer la inversión prevista de 45 millones de euros, con la que se esperaba rehabilitar el inmueble y crear unos cien empleos, aunque los promotores aseguran que la iniciativa no está "ni mucho menos descartada". Pero mientras, el paso del tiempo acelera la degradación de las instalaciones, que llevan 15 años cerradas.
La actual coyuntura económica dificulta tanto la operación de compra del inmueble al obispado jaqués por parte de las constructoras zaragozanas Grupo Machín y Plaza 14, que promueven el proyecto, como el acuerdo de estas con una cadena hotelera que gestione el futuro complejo.
Roberto Machín, presidente de la primera sociedad citada, reconoció que el plan, que se encontraba ya "muy adelantado", "está en 'stand-by". "Hemos ido transmitiendo al Ayuntamiento que seguimos estando ahí, con ganas de hacerlo, pero ahora no se puede desarrollar este tipo de proyectos de gran envergadura", añadió. "Es una pena, pero hay que ser realistas y prácticos y en este momento sería una temeridad, porque si lo empezamos, tenemos que tener la seguridad de poder acabarlo".
Los impulsores de la intervención también siguen en contacto con el obispado de Jaca, "que lógicamente está preocupado", explicó Machín, puesto que el traspaso de la propiedad todavía no se ha podido llevar a cabo, dos años después de haber suscrito una opción de compra que no tenía fecha límite. En ese momento, Grupo Machín y Plaza 14 abonaron un 15% del precio acordado, que nunca ha trascendido, aunque sí se sabe que asciende a "varios millones de euros".
El obispo de Jaca, Jesús Sanz, confirmó recientemente que el complejo "sigue siendo propiedad del obispado". "Nos están dando largas porque en este momento no pueden afrontar la compra, como habíamos conveniado ya prácticamente, pero comprendemos que la difícil situación económica afecta a todos, aunque esperamos que este se desbloquee". "Necesitamos ese dinero para poder abordar otras cosas, pero no podemos disponer de él", lamentó Sanz. Por su parte, el ecónomo de la diócesis, José María Arcas, señaló que el próximo paso sería la firma de las escrituras, para lo que todavía no hay fecha.
Tampoco la hay para la presentación del proyecto definitivo -en su día sí se entregó en el Ayuntamiento un anteproyecto, como recordó el teniente de alcalde, Juan David Vila- ya que, según explicó Juan Forcén, consejero delegado de Plaza 14, el documento tiene que adaptarse a "los estándares de la cadena hotelera que se haría cargo del establecimiento".
En este sentido, Forcén explicó que están avanzadas las negociaciones con una importante firma internacional que actualmente no opera en Aragón, "pero no hemos cerrado el acuerdo porque nos han pedido unas rebajas que nosotros no podemos admitir".
Una vez que se presente el proyecto en el Ayuntamiento se procederá a su revisión por parte de los técnicos municipales y se concederá la licencia de obras, detalló el teniente de alcalde, quien añadió que será entonces cuando el Consistorio recibirá 500.000 euros, como contraprestación por las plusvalías que se generarán por el aumento de edificabilidad y el cambio de uso del seminario.
Así se estipulaba en un polémico convenio urbanístico aprobado por el pleno municipal en junio de 2008 y en el que figuraban como firmantes el alcalde, Enrique Villarroya, y el ecónomo de la diócesis, en nombre del obispo. Poco después, este se desdijo y aseguró que "este obispado no ha intervenido en la redacción de ningún convenio, no tiene ningún conocimiento del mismo por parte del Ayuntamiento, ni ha dado permiso para poner su nombre en él". Ante ello, se decidió reformar el acuerdo para que lo suscribieran los inversores, pero este trámite aún no se ha hecho.
Degradación y peligros
Y mientras el proyecto hotelero se retrasa, se agrava el deterioro del edificio, construido entre los años 1924 y 1925 y que cerró sus puertas como instituto en 1994. Desde entonces, ha servido de refugio a indigentes y de lugar de reunión de adolescentes. El portavoz de CHA en el Ayuntamiento, Pedro Pérez, recordó que en los últimos años ha expuesto este problema en varios plenos para que se exigiera al obispado "un adecentamiento del recinto, de forma que impida la entrada y asuma responsabilidades, porque hay peligro para las personas".
Vila confirmó que en su día, y tras numerosas denuncias de la Policía Local, se requirió a la propiedad para que actuara. "Se valló el perímetro y ya no ha habido más problemas". No obstante, este periódico ha comprobado que las instalaciones siguen abiertas y cualquiera puede acceder al interior, lleno de pintadas y basura.
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