Avalatransa exige el pago de una deuda de 312.621 euros.
Los Nozaleda podrían ser apartados de la dirección de la empresa
Los problemas financieros que atraviesan algunas empresas inmobiliarias ha vuelto a pasar factura. Un acreedor solicitó ayer ante el juzgado mercantil número 2 de Madrid el concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) de la inmobiliaria Nozar y de su filial Lena Construcciones, según ha podido saber este periódico de fuentes judiciales.
La empresa instante del concurso, la inmobiliaria Avalatransa, reclama una deuda de 312.621,09 euros. Esos compromisos de pago parten de una serie de trabajos de construcción que realizó para Nozar la sociedad Arroyo de la Vega 2000, la cual cedió posteriormente a Avalatransa el derecho de cobro de esos créditos, que ascendían a 475.811 euros.
Nozar sólo pagó 163.183 euros, así que, en un primer momento, y según explica Avalatransa en el escrito presentado en el juzgado, intentó cobrar el resto de las facturas de forma amistosa, sin obtener respuesta.
Finalmente, la decisión de la compañía ha sido drástica: pedir la suspensión de pagos en el juzgado. Fuentes jurídicas aseguran que no es frecuente instar un concurso de acreedores por tan pequeña cantidad de dinero, aunque los representantes legales de Avalatransa justifican la medida porque «las deudas asumidas por Nozar, en función de las expectativas de rentabilidad y coste financiero, suponen más del doble de los recursos propios».
Nozar envió ayer un comunicado en el que asegura estar estudiando la presentación de acciones legales contra Avalatransa «por los perjuicios que pueda originar en su reputación empresarial la presentación de una solicitud de concurso necesario de acreedores».
Sin embargo, según el escrito presentado por los acreedores, concurren los requisitos necesarios para instar el consurso.
En primer lugar, argumenta el acreedor, «por el excesivo apalancamiento que Nozar ha efectuado en la compra de activos verdaderamente dudosos como lo han sido las participaciones en las compañías Colonial y Astroc».
El acreedor de Nozar justifica en segundo lugar la solicitud de suspensión de pagos «por el excesivo endeudamiento de Nozar y la gravísima situación que atraviesa el sector de la construcción en España, que ha llevado a las entidades de crédito a cerrar la financiación de este tipo de compañías». Además, el acreedor asegura que Nozar y Lena Construcciones «han sobreseído pagos de forma general», aunque no han presentado ninguna prueba de que no estén pagando a ningún acreedor. El portavoz de Nozar afirmó ayer que «la discusión está referida a una cantidad insignificante en relación con la solvencia de Nozar».
A partir de ahora se abre una situación delicada para la compañía de la familia Nozaleda. El juez, según fuentes jurídicas consultadas, podría dictar auto acordando la admisión a trámite del escrito de solicitud de concurso de acreedores, ya que la solicitud de concurso reúne todos los requisitos que exige la ley. Inmediatamente después, los directivos de la inmobiliaria deberán ser apartados de la gestión de la compañía para ser sustituidos por los administradores que nombre el juez, tal y como establece el artículo 40 de la Ley Concursal.
Los últimos años del 'boom' pasan factura
El grupo Nozar, con más de 25 años de historia dentro del sector inmobiliario, se ha labrado un prestigio entre sus competidores por la gran calidad con la terminaba las obras y por la consolidación de una de las carteras de suelo más envidiadas entre sus competidores. Pero la voracidad compradora de la familia Nozaleda en el último año por sacar una mayor rentabilidad de los pingües beneficios obtenidos estos últimos años al calor del 'boom' inmobiliario, han puesto en riesgo su credibilidad y su saber hacer como gestores. La entrada como accionistas de referencia en Colonial o en Astroc han resultado un auténtico fiasco. De estos fracasos, se puede deducir que los Nozaleda han pecado de falta de previsión y visión sobre el futuro del sector. En el mercado no se entiende cómo el grupo ha podido endeudarse hasta límites insospechados por hacerse un hueco en otras empresas del sector cotizadas. En el caso de Colonial, incluso, llegaron a aumentar su participación a principios de diciembre de 2007, cuando ya se dejaba entrever los problemas entre los accionistas. Nozar se hizo con parte del paquete (un 4%) del que se desprendió Reyal Urbis. La operación se cerró por 205 millones de euros mediante un pagaré que vence en diciembre. También resulta inexplicable la adquisición del 6% del capital de la catalana Aisa por 43 millones de euros en marzo pasado. Por aquellas fechas, la catalana ya sufría problemas de liquidez.
Según las cuentas que aparecen en el Registro Mercantil, Nozar tenía a finales de 2006 una deuda de 2.900 millones de euros.
La denuncia presentada por Avalantransa reclamando el procedimiento concursal contra Nozar por impago desencadenará que otros proveedores de la compañía podrían sumarse al procedimiento.
La familia Nozaleda, según aseguran fuentes del sector inmobiliario, vienen aplazando pagos y devolviendo pagarés a sus proveedores desde hace meses por su delicada situación financiera. Al desplome en la venta de pisos, que no le permite generar la tesorería suficiente para afrontar sus obligaciones, se suman las abultadas pérdidas que acumulan sus propietarios por las inversiones realizadas en empresas cotizadas.
Los Nozaleda compraron a crédito sus participaciones en Colonial, Astroc y Aisa, cuyos títulos han perdido más de la mitad de su valor desde que se efectuaran las compras.
Esta situación, y como la propia Avalatrans dice en su demanda, ha terminado por asfixiar a la compañía y elevar su apalancamiento hasta el límite de no poder asumir las deudas contraídas con sus proveedores.
Fuentes del sector indican que la presentación de la demanda coincide precisamente con el momento en el que su presidente, Luis Nozaleda, cierra los últimos flecos para vender el paquete del 12,2% que controla en la inmobiliaria Colonial a un precio de 1,3 euros por título.
Por este importe, el empresario perderá al menos la mitad del dinero comprometido como accionista de la inmobiliaria.
Para quedar en tablas, la oferta tendría que situarse alrededor de 2,48 euros.
Fuentes del sector estiman que la deuda contraída por la inmobiliaria Nozaleda por su participación en Colonial supera los 460 millones de euros.
Los Nozaleda llegaron a hipotecar suelos para comprar una parte de su participación en Colonial y dejaron las propias acciones en manos de los bancos como garantía, según consta en las últimas cuentas correspondientes a 2006 publicadas en el Registro Mercantil. Por tanto, ahora más que nunca les urge la venta para no perder esos terrenos y recortar, en la medida de lo posible, sus deudas con los bancos.
Tampoco fue muy afortunada su entrada como accionistas en Astroc, donde invirtieron cerca de 350 millones de euros para hacerse con el 24,9% de la firma. En la actualidad, Nozar controla un 17,7% de la renovada Astroc - denominada Afirma- . Como hiciera con Colonial, los Nozaleda también otorgaron las acciones como garantías adicionales a las entidades financieras para hacerse un hueco en Astroc. Si no pudiera hacer frente a sus compromisos con las entidades financieras, los bancos ejecutarían sus títulos y Afirma tendría que buscar otro socio para complementar su accionariado.
Fuentes cercanas a la antigua Astroc indicaron que una eventual salida de Nozar de su núcleo duro no tendría por qué afectar a la firma, ya que tiene un plan de negocio consolidado.
Habra que estar atentos del posible futuro del BALNEARIO DE PANTICOSA.